jueves, 7 de marzo de 2013

Factor Biológico



Si mamá y papá son inteligentes… ¿Me garantiza que también lo seré?

La genética ha sido un tema de interés bastante complejo durante mucho tiempo. Existen diversas opiniones, nos podemos encontrar con ideas como “un hombre inteligente se hace, no nace”, pero ¿Sucederá así en realidad?

Podemos encontrarnos con niños que llevan calificaciones sobresalientes en la escuela, sus boletas plasmadas de dieces; pero a la hora de enfrentarlos a resolver problemas en su vida diaria que requieran  que utilicen todas esas habilidades, actitudes y destrezas que aprendieron y lamentablemente no tengan idea de cómo actuar ni qué hacer ¿Será inteligente? Nuestro cerebro no ha evolucionado ni en forma ni en calidad, sigue siendo el mismo de hace cien mil o más años.

Incluso en las cárceles podemos encontrar personas con un coeficiente intelectual muy elevado, hay psicópatas a quienes les han realizado estudios y pruebas de coeficiente intelectual y los resultados son sorprendentes, tienen un coeficiente intelectual alto; y cuando se analiza su contexto familiar se encuentran con que sus padres tienen un nivel de inteligencia similar, en el que casi las cifras coinciden.

Al parecer los genes tienen mucha influencia en la inteligencia del ser humano y conforme va creciendo ésta se fortalece, es decir, en la niñez la influencia de los genes es de un 40% aproximadamente y conforme vamos pasando las etapas de crecimiento la influencia va aumentando. Algunos científicos hablan de que hasta un 80% de la inteligencia se le puede atribuir a nuestros antecedentes genéticos, en cambio otros dicen que no pasa del 20%. Parte de la inteligencia la heredamos pero la otra parte depende de nosotros desarrollarla, si no aplicamos o practicamos lo que aprendemos ese conocimiento se atrofia y no se convierte en significativo, como si no hubiera existido.

El desarrollar la inteligencia no solo depende de la genética como se mencionaba anteriormente, el ambiente que le demos a ésta para favorecer su desarrollo es trabajo del alumno y del docente. Un alumno puede tener toda la predisposición en sus genes de tener un coeficiente intelectual elevado y de la misma manera tener la capacidad de desarrollar un sobresaliente pensamiento crítico, pero ese niño no se va a convertir en un verdadero crítico si no lee, se documenta, investiga y observa distintos puntos de vista de un mismo texto. En otras palabras, ¿Cómo esperamos que un alumno desarrolle cierta inteligencia, habilidad o destreza sino se le dan o se rodea de las herramientas necesarias para ello?, y  solo el ambiente en que el niño se desenvuelve se lo puede otorgar.


Lo que comemos ¿Tendrá influencia en nuestro aprendizaje?

Pero si el estómago y el cerebro son órganos diferentes que cumplen con funciones distintas ¿o no? Muchos de los maestros han observado y saben cuando un niño no desayunó en su casa antes de venir a la escuela, precisamente por el aspecto que dan: se muestran con sueño, cansados, distraídos y en muchas ocasiones con dolor de estómago.

¿Cómo se podrá concentrar un niño en clases si en lo único que está pensando es en que tiene hambre y el malestar que le está ocasionando eso? Varias investigaciones han arrojado que la nutrición juega un papel importante en el desarrollo cognitivo de los niños, ya que los nutrientes que contienen ciertos alimentos son necesarios para el buen funcionamiento del cerebro, incluso algunos ayudan a la memoria, relacionar conceptos, concentrarse, etc.

Por ejemplo, las proteínas que encontramos en la carne y pescado tienen aminoácidos que ayudan a la formación de neurotransmisores (que se explica en los factores neurológicos). El fósforo que se encuentra normalmente en frutos secos aumenta la capacidad para la memorización. Esto por mencionar algunos ejemplos de nutrientes y como éstos podemos encontrar muchos más.

Incluso es importante que las mujeres se alimenten en la etapa prenatal ya que como se explica en los factores neurológicos las estructuras cerebrales de un bebé se comienzan a formar desde esta etapa, de hecho uno de los nutrientes más importantes en la etapa prenatal es el ácido fólico que previene defectos en el tubo neuronal que es donde se formará la médula espinal y el cerebro. 

Los niños durante su infancia se tienen que nutrir con verdaderos alimentos, no la chatarra que nos venden enlatada y procesada, que lo único que aportan son grasas saturadas y que contribuyen a la obesidad. Por todo lo antes mencionado y más, es importante la nutrición para el aprendizaje, y para el desarrollo del cerebro.

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